lunes, 15 de septiembre de 2008

ROSTROS QUE CLAMAN JUSTICIA



Mientras en Lima continúa el megajuicio por los crímenes de la universidad La Cantuta (y Barrios Altos); en Huancayo, los familiares de los muertos y desaparecidos de la Universidad Nacional del Centro del Perú se preguntan: ¿será cierto que justicia, solo en el cielo?

Por Wilber Huacasi

En aquel momento pensó que lo peor estaba por suceder. Un hombre vestido de civil acababa de intervenirlo en forma sorpresiva tomándole del cuello y apretando el cañón de un arma de fuego contra su cintura, mientras le decía en voz baja: “¡Policía!, está arrestado”.

El joven estudiante de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP) notó la presencia de otro sujeto que de inmediato le arrancó sus documentos. En cuestión de segundos, fue obligado a subir a un auto volkswagen de color amarillo que avanzaba lentamente por la cuarta cuadra del jirón Ayacucho, en pleno cercado de Huancayo. El vehículo empezó a acelerar con dirección hacia el sur, trasladando al detenido en el asiento posterior, boca abajo, con la cabeza presionada y el cuello apuntado con un revolver.

Aquella mañana del 25 de agosto de 1992, el dirigente estudiantil y miembro del tercio superior, Miguel Ángel Cieza Galván, no sabía si finalmente saldría con vida.

Al día siguiente su madre, Olga Galván, acudió en su búsqueda al cuartel del Ejército Peruano, 9 de Diciembre, donde le informaron que había 19 estudiantes detenidos. Olga asumió que entre ellos se encontraba su hijo. Pero al tercer día, cuando retornó al recinto militar, le dijeron que ya no tenían a ningún estudiante. El padre del universitario, Óscar Cieza, se había sumado a la búsqueda. Pidió apoyo al Poder Judicial, a la Fiscalía, a la iglesia, pero nada. “Y los muertos seguían apareciendo”, recuerda. Olga Galván y Óscar Cieza se sumaban, de este modo, a la lista de familiares que para entonces buscaban a los estudiantes desaparecidos de la UNCP.

Puedes leer el informe completo en la web de la revista Crónika.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Agripino, toy actualizando tu sección de comentarios.

Anónimo dijo...

Hace 17 años, que, esta selectiva y ciega operacion de asecinatos en contra de dirigentes universitarios andinos del Peru, sigue sin resolverse; El Sr. Huacasi, falta tambien mencionar sobre la persecucion que sufrieron los familiares de la victimas, la orfandad de las autoridades Universitarias han dejado a la memoria de sus otrora lideres estudiantiles, elegidos democraticamente.
Los responsables, primero a sicarios miembros del Ejercito Peruano ( Direccion de Inteligencia de Las Fuerzas Especiales ) ya que actuaron al margen del noble uniforme que llevan, por dinero y encargo asecinan con impunidad, destruyen vidas de UNIVERSITARIOS y familias en busca de gloria personal.
Segundo, se debe tener encuenta que el Sr. Ing. Hector Riveros, hoy empleado del SENASA, reconocido terrorista arrepentido, continuo su vida y sus logros, por su elocuás colaboracion que tubo a favor de los sicarios de la FFAA, de señalar a todo dirigente univesitario que pudiese, a cambio de dinero, por lo tanto no debe ser tratado como victima, si no como terrorista arrepentido.
Debemos devolverle la sonrrisa a Milagros, la alegria a Mirian.
Por eso, publiquemos las fotos de cada una de las victimas con su nombre a lado, en cualquier medio, que sus asecinos vean los rostros de aquellos que aun despues de muertos, les siguen mirando, para que el gobierno los vea todo el tiempo, para que NO PASE DE NUEVO

" ...ellos tres tenian, picanas, alambres de puas, alicates, palos, sogas, clavos y martillos.......yo solo, solo tenia .un ... SOY INOCENTE " el desaparecido.