viernes, 2 de marzo de 2012

José De Echave sobre Doe Run: Se está premiando a una empresa incumplidora

José De Echave.

Entrevista concedida por el ex viceministro de Gestión Ambiental, José De Echave, al programa Exitosa Noticias de Huancayo, y reproducida por el diario El Sol.

¿Cuál es su opinión de la propuesta que se encuentra en el Congreso para una nueva ampliación del PAMA de la empresa Doe Run Perú?

Sumamente preocupado. Es una propuesta que no recoge la verdadera dimensión de lo que pasa en La Oroya. No hay ni un artículo que exprese y busque la protección de la salud. Le da todas las facilidades a Doe Run y deja abierta las puertas para que la empresa nuevamente incumpla. La iniciativa plantea una nueva ampliación del plazo para el PAMA, de dos años. Habla de que si existiesen problemas financieros podrían plantear prórrogas, la exonera de la posibilidad de que Enlacesi se definen nuevos límites máximos permisibles ambientales, la empresa tendría 5 años de protección. Añadiéndole los dos años, estaríamos hablando de siete. Se está premiando a una empresa incumplidora.

¿Cuáles serían las soluciones políticas y sociales para la salvaguarda de la población?

Ese es el punto. Creo que hay salida que no son los del tipo de medidas planteadas o las que propone la empresa. A estas alturas, siglo XXI, contraponer el derecho al trabajo con el de la salud es inaceptable. Hay que salir de ese falso dilema. El Estado tendrá que hilar muy fino para contrapesar lo económico, lo laboral y también el derecho a la salud.

¿Cuál sería la salida?

El PAMA es un monto de inversión y un conjunto de proyectos, que son nueve. La empresa dice que ha cumplido con ocho, que sólo falta uno. Sin embargo, ese uno representaba el 60% del monto comprometido: la famosa planta de sulfúricos. Una salida sería que el complejo
metalúrgico reinicie operaciones en el nivel que tiene que ver con los circuitos productivos cuyos
proyectos ambientales ya han sido cumplidos y dejar pendiente la parte que falta. Que reinicie las operaciones condicionada al cumplimiento de las obligaciones ambientales. No olvidemos que esta sería la tercera ampliación. La primera fue en el 2006, por dos años; después, en el 2009, por 30 meses.

En Huancayo, monseñor Pedro Barreto ha dicho sí a la reactivación, pero solo después del cumplimiento del PAMA.

Totalmente de acuerdo. Ese es el escenario que hay que comenzar a definir y pensar. Es un pronunciamiento fundamental, teniendo en cuenta el comportamiento reiterado de incumplimiento de la empresa Doe Run, que ha sido suspendida de la Sociedad Nacional de Minería. Ni las propias empresas la consideran confiable. Ha incumplido el código de ética de esa sociedad. Tiene pésimos antecedentes en Estados Unidos, donde fue reiteradamente sancionada. Acá también ha incumplido permanentemente.

¿Significa entonces que la empresa no reinicie operaciones en mayo sino luego de que haya cumplido el PAMA?

Hay que hilar muy fino para encontrar salidas bien estructuradas. Es perfectamente posible que la empresa reinicie operaciones en los circuitos vinculados a los proyectos que ya han sido cumplidos. Si se reinician operaciones tal como lo solicita la empresa y como el congresista Huaire
plantea, nuevamente las emisiones se van a disparar y los impactos serán en la salud de la población.

¿Cuál sería la labor del Estado en el aspecto social, con la población contaminada con plomo?

El Estado tiene la misión de salvaguardar el interés nacional y en este caso el derecho a la salud de la población de La Oroya. Se ha equiparado los diferentes intereses con la salud, como si esto fuese una contraposición. No es así. Hay un problema gravísimo de salud pública, con población que estuvo expuesta por décadas a contaminación por metales pesados: plomo, arsénico
que causan daños neurológicos y cancerígenos. El año pasado la Dirección Regional de Salud realizó un estudio con el complejo sin operar, que muestra que los niveles de plomo en sangre han bajado. Eso evidencia la correspondencia del complejo metalúrgico y el plomo en sangre de la población de La Oroya. Pero aunque haya bajado, siguen siendo niveles altos. Más o menos el 47% tiene plomo en sangre por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

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