El plazo de diez meses otorgado por el Congreso (con el respaldo de tres otorongos de Junín) para que la empresa reinicie sus operaciones vence en julio. Doe Run Perú argumenta que aún no puede hacerlo porque "no pudo cerrar contrato con sus proveedores y socio estratégico".
¿Será que sus proveedores ya le perdieron confianza? La pregunta fue respondida hace poco por Felipe Osterling Parodi, vicepresidente del directorio de la minera Volcán: "Doe Run ya no da confianza". Volcan es uno de los (¿ex?) proveedores que no descarta instalar un propio complejo de refinado de minerales en Chancay.
Así están las cosas. El viceministro de Minas, Fernando Gala, declaró en CNR que bajo estas circunstancias el gobierno podría proceder al cierre de las instalaciones de Doe Run Perú:
"Los plazos están corriendo y vencen en julio. Si (Doe Run) no consigue el financiamiento habrá el cierre y tendremos que buscar alternativas para los trabajadores".Tamaño problema. ¿Podrá el gobierno aprista poner al fin mano firme? ¿Podrá hacerlo con un TLC que hasta en esta situación protege a Doe Run Perú?
Y Doe Run Perú, ¿podrá salir de este hoyo, con 20 procesos sancionadores en camino, una multa vigente de más de dos millones de soles y la desconfianza latente de sus proveedores?
Y la pregunta más elemental: ¿Cumplirá Doe Run Perú, en los nuevos plazos, sus compromisos asumidos para reducir los daños que causa en la ciudad de los niños de plomo?
P.d. El ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, nos da la razón, al calificar como una "conchudez" la actitud de Doe Run Perú.
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